Lo que debes saber sobre las muelas del juicio

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Las muelas del juicio son los últimos dientes que aparecen en la boca, generalmente entre los 17 y 25 años de edad. Su nombre se debe a que erupcionan en una etapa de la vida en la cual las personas alcanzan la madurez. En este artículo te contamos detalladamente qué son, cuándo es necesario extraerlas y cuándo se pueden conservar sin complicaciones.

¿Qué son las muelas del juicio?

Las muelas del juicio, también llamadas cordales o terceros molares, son los últimos dientes que salen (entre los 17 y los 25 años) que se ubican en la parte más posterior de la boca. Generalmente son cuatro piezas en total: dos arriba y dos abajo; aunque no siempre se forman todas, incluso hay personas a las que no les forma ninguna.

Originalmente, su función era ayudar en la masticación de los alimentos más duros, pero, debido a los cambios evolutivos y de la alimentación, ya casi nunca tienen suficiente espacio para salir de la forma correcta.

¿Por qué se llaman así?

Este nombre se debe a la edad en la que erupcionan. Se dice que, entre los 17 y los 25 años, una persona desarrolla el suficiente grado de madurez y de “juicio”. Esto se relaciona es con la madurez y el sentido común, en un paso hacia la edad adulta.

¿Cuándo me debo sacar las muelas del juicio?

La extracción de los terceros molares está indicada en casos como:

  • Indicaciones de tratamiento de ortodoncia
  • Quedan parcialmente retenidos entre la encía y el hueso
  • Causan dolor, inflamación o infecciones recurrentes en la encía
  • Salen en mala posición y generan problemas a los dientes vecinos
  • Su posición favorece la acumulación de placa y restos de alimentos
  • No tienen espacio suficiente para erupcionar en la posición correcta
  • Provocan quistes u otro tipo de patologías en las estructuras de la cavidad oral
  • Favorecen la aparición de caries, debido a su posición y a la dificultad de su limpieza

Contraindicaciones para no extraer las muelas del juicio

  • No causan dolor ni molestias
  • Permiten una adecuada limpieza
  • No comprometen estructuras aledañas
  • No representan riesgo para la salud bucal
  • Están bien alineados y completamente erupcionados
  • Si su extracción es muy riesgosa, más que dejar las piezas en boca

En estos casos, se recomienda realizar controles periódicos con el dentista para vigilar el estado de las piezas y asegurarse de que no están causando ningún daño.

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